Una reliquia muy valorada.
En términos de pureza de oro, un soberano equivale a 0,235421 onzas. Procede del siglo XV, concretamente de 1489, año en el que el primer soberano se acuñó por encargo del rey inglés Enrique VIII. No obstante, el que podemos encontrar en la actualidad en el mercado de compra-venta, y no en los museos, es una nueva versión que comenzó su andadura en 1817. Como es obvio, cuanto más antiguo sea el soberano, más posibilidades tendremos de encontrar un comprador, quizás interesado en su valor testimonial, y de que pague una cantidad elevada por él. Se estima que un soberano puede llegar a valer el doble de lo que costaría la cantidad de oro que posee en su interior.
Como resulta fácil adivinar suelen venderse sobre todo en Inglaterra; su precio oscila entre las 200 libras o los que han llegado a superar, incluso, la desorbitante cifra de 10.000 libras.
Para conocer exactamente su valor, lo mejor es contratar los servicios de dos clases de expertos: por un lado, uno que sea capaz de decirnos cuál es la cantidad de oro que nuestro soberano posee en su interior, y por otra parte alguien que nos lo sitúe en su contexto histórico exacto.
Hay que andar con pies de plomo y cerciorarnos siempre, mediante el consejo de un experto, de la calidad real de lo que hemos encontrado.
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